06 mayo, 2006

Entrevista con el Arq. José Bentín















A fines de marzo del 2006, fuimos a conversar con el Arq. José Bentín Diez Canseco con el propósito de conocer más sobre su vida, así como de su experiencia en la profesión que nos apasiona: la arquitectura. A continuación una breve reseña de su vida y luego... la entrevista realizada por REARQCION en su oficina en Miraflores.

VIDA


El Arquitecto José Bentín Diez Canseco nació en Lima en febrero de 1938. Ingresa a la Universidad Nacional de Ingeniería en 1956 y realiza un primer año de estudios generales en Ingeniería, pero los abandona reconociendo su verdadera vocación por la Arquitectura.

Bentín pertenece a la recordada promoción del 61, de la que también forman parte M. Cruchaga, E. Chuy, A. Graña, E. Soyer, E. Nicolini, F. Vella, F. Cooper entre otros. Su desarrollo académico tuvo influencias del movimiento moderno que en aquella época se hacía presente.

En Inglaterra realiza estudios urbanísticos sobre ciudades nuevas, desde aquí el Arqº Bentín tenía interés en especializarse en programas de vivienda masiva. En Francia sigue estudios de Planificación en países subdesarrollados con una beca de la Academia de Arquitectura de este país.

Simultáneamente, realiza proyectos desde el extranjero para el Perú, con Antonio Graña y Alfredo Montagne, así como también con Franco Vella y Miguel Cruchaga.

Regresa al Perú y en 1967 se incorpora a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Ingeniería como profesor principal del Área de Diseño arquitectónico, donde fue elegido por los alumnos, como mejor profesor. Actualmente se desempeña como profesor invitado ejerciendo una magnífica labor docente.

Ha realizado proyectos de casi toda tipología arquitectónica a lo largo de estos 45 años de ejercicio profesional manteniendo la alta calidad que ha caracterizado siempre a su obra. Entre las que podemos mencionar: el Centro Comunal – Comercial Proyecto “Los Próceres”, Edificio Peruinvest, Edificio SUPERCONCRETO, Colegio Alpamayo, Edificio Buenavista, además de un complejo habitacional para 12 000 habitantes, dos mercados, teatro, cine, tiendas, oficinas, viviendas multifamiliares, una biblioteca. 100,000m2 entre otros.

El arquitecto Bentín Diez Canseco ha ganado el reconocimiento a su obra con premios como:
– Diploma y medalla de la Municipalidad de Santiago de Surco al mejor edificio proyectado en el año 1979: Edificio Superconcreto del Perú.
– Primer premio en la V Bienal de Arquitectura: Edificio Financiera PeruInvest en Miraflores en el año 1984.
– Primer premio V Bienal de Arquitectura Urbanización “Ciudad del deporte” en Ventanilla en el año 1984.

En cuanto a su actividad gremial es miembro activo del Colegio de Arquitectos del Perú desde 1964, integrante de la Comisión de concursos del Colegio de Arquitectos del Perú en la elaboración del Nuevo Reglamento de 1977 .Miembro fundador del Patronato de Arquitectura, Urbanismo y Artes (Patronato FAUA) en 1991.

En su actividad de conferencista, son recordadas las conferencias que Bentin ha dictado, especialmente las que organizó junto a un grupo de profesores en la Facultad de Arquitectura de la UNI sobre la vida y obra de Alvar Aalto.

Entre las conferencias que ha dictado se encuentran:

– “Panorama de la arquitectura peruana actual”
Profesor invitado en la Universidad de Washington Seatle – USA 1983

– Conferencia sobre las propiedades estéticas del concreto armado, Forum ASOCEM

– “Panorama Histórico de la Arquitectura Peruana del Siglo XX”
Banco Continental, Marzo 1987

– Conferencia de Arquitectura: V Congreso de Estudiantes de Arquitectura CONEA, Lima 1990.

– Conferencia Antonio Gaudí FAUA – UNI, Lima 1993.

– Conferencia “La Obra de Enrique Seoane Rios”
Universidad Nacional del Centro, Huancayo 1994

– Conferencia “Panorama de la Arquitectura y Urbanismo en el Perú desde Chapín hasta 1800” Oxford Brookes University. Oxford, Inglaterra, 1996.

ENTREVISTA

¿Qué es para usted arquitectura?

Arquitectura significa hacer una edificación al servicio de los usuarios, realizar una función que va a cumplir con los requisitos para la cual es creada esa edificación. Eso significa resolver una serie de cosas, que ustedes ya saben, no? Por ejemplo: la parte de la estructura, confort, resolver los aspectos estéticos, iluminación, entorno, vistas, y todos los aspectos que tiene la arquitectura.

Indudablemente que todas las edificaciones son diferentes, porque de acuerdo a ciertas condicionantes, por lo menos lo que trato yo de hacer, que de todos esos factores, darle preponderancia a uno de ellos, para que el edificio tenga cierta personalidad. No siempre se logra, pero por lo menos es lo que se trata de hacer, sin menoscabo naturalmente, que el edificio funcione, porque un edificio que funciona bien puede que no sea buena arquitectura pero por lo menos puede ser usado. Por el contrario un edificio bellísimo, pero que no funciona no sirve. En este aspecto no hay términos medios, no podemos hacer una edificación para el hombre si no funciona.

INICIOS

Sabemos que usted ingresó a estudiar Ingeniería primero y luego se trasladó, ¿cómo decidió ser arquitecto?

Yo siempre quise ser arquitecto. La familia tenía una tradición de estar orientada hacia el negocio de la cerveza, y como yo tenía habilidad con la química, decidí, no sé si por presión familiar o lo que fuera, meterme en eso. Pero a la mitad de ese año común me retire. Me di cuenta de que no era lo que debía hacer. Al año siguiente di el examen vocacional e ingresé a la Facultad.


¿Cuándo cree o por qué lo decidió?

Es muy difícil responder esta pregunta. Las razones por las que uno estudia una carrera son un poco vagas o intuitivas, pero en realidad cuando uno entra a estudiar arquitectura uno se va dando cuenta de lo que es en realidad, inclusive cuando egresa, mucha gente se tarda mucho en madurar. Recién luego se da cuenta en lo que esta metido. Como ejemplo hay un montón de arquitectos que no son diseñadores, que son administradores de obra, consultores, saben llevar una obra. Por ejemplo, hay unos que saben promocionarse muy bien, cosa que yo hago muy mal, son grandes promotores. En fin, hay una serie de características que en realidad no te las enseñan en la universidad que las vas aprendiendo, a raíz que vas avanzando durante los años en tu carrera.


¿Qué recuerda más de sus años de estudiante?

Mi promoción fue totalmente atípica. Quizás halla alguna otra por ahí. Había una competencia sana entre todos, un esfuerzo por sacar el mejor diseño, el ambiente de la facultad era totalmente diferente, en el taller tu tenías tus cosas: podías tener tus tocadiscos, tus plantas, y tú vivías ahí todo el día. Es decir, te ibas a clase, regresabas y seguías diseñando: tenías tu sitio y nadie lo ocupaba. Había un ambiente muy cultural. En mi promoción o la facultad nos preocupábamos por ir juntos a actividades culturales, exposiciones pictóricas, conciertos del teatro municipal, visitar obras que se acababan de construir, a veces con el arquitecto, a veces sin él. Siempre estábamos viviendo mucho la cultura. Vivíamos mucho nuestra profesión, se promovían algunas actividades como las que hizo Alejandro Piqueras: una teatralización de los poemas de Cesar Vallejo; o la realizada por Franco Vella dedicada a poemas de Federico García Lorca, o hasta una corrida de toros (becerros), que se hizo al costado de la rotonda, se armó una especie de ruedo. Cada uno hacía actividades según sus propias inquietudes.


¿Era más libre en ese entonces?

Bueno, también habían los cursos de humanidades, pintura. Mi promoción tenia mucha unión como grupo, aparte de la competencia, y mucha imaginación. Nosotros, por ejemplo, habíamos quedado con el profesor Manuel Ugarte Eléspuru, que enseñaba pintura en tercer año, en pintar un mural en el último piso; iba a ser una temática de costa, sierra y selva, él lo había diseñado y nosotros íbamos a ir a pintarlo. La clase era el sábado e íbamos a pintar todo ese mural, ya estaba comprada toda la pintura. La noche anterior fuimos a un chifa de la Calle Capón, a donde concurríamos con frecuencia, y ahí con los tragos a Franco Vella se le ocurrió ¿por qué no hacemos un mural cubista? Ahí mismo diseñamos el mural cubista y a eso de la una de la mañana nos fuimos a la facultad pintamos el mural cubista que ha estado hasta hace poco, y no fuimos a clase, y cuando llegó el profesor Eléspuru encontró un mural que era diferente. Se molestó mucho.

¿Qué es lo que más le gustaba en la facultad, qué curso?

Diseño definitivamente, no tenía problemas con las matemáticas, salvo que teníamos un profesor que era muy fastidioso, en el tercer año: el profesor Álvarez Acosta, que seguramente hay ahora en la facultad también. Era ese tipo de profesores que detestan a los arquitectos, se pasan como media hora hablando mal de los arquitectos y para fastidiarnos ponían unas integrales larguísimas, y durante las prácticas y los exámenes hacía cuatro versiones diferentes y no podías copiarte ni mucho menos y era un curso dificilísimo de pasar. La geometría descriptiva que era un curso que a muchos les parecía muy difícil, a mi me encantaba

¿El curso más odiado?


No he tenido esa experiencia, todos te enseñaban algo. Por ejemplo el curso del profesor Paul Linder que se llamaba “Estética”, era un curso interesantísimo que hablaba de la forma, del balance. Tenía una técnica de dibujar en la pizarra muy original. Después había el curso del profesor Muelle que nos enseñaba “Historia peruana” también era muy interesante. El curso del arquitecto Belaúnde que nos enseñaba “El problema de la vivienda en el Perú”, que terminaba con unos ejercicios prácticos también era un curso sumamente ameno. Después había un curso que era gracioso, que no por eso dejaba de ser útil, que lo llevaba Alfredo Danmmert, a quien nosotros le habíamos puesto de apodo Club Nacional, porque él llegaba muy elegante, siempre bien vestido. Te enseñaba a ser casas, casas para gente de mucho dinero que él decía que eso era lo que íbamos a hacer toda nuestra vida. Cuando por ejemplo se llegaba al capitulo de las chimeneas, te decía hay dos tipos de chimenea, las que funcionan y las decorativas, como verás era interesante ese punto, ¿no? Tenía quizás cosas absurdas pero utiles. No hay ningún curso que me haya parecido desagradable, hasta el curso premilitar, teníamos que ir con uniforme caqui, y hacíamos algo muy parecido a lo que en el colegio, que era un paporreteo que había que hacer, y en el último ciclo había un curso que se llamaba “Defensa nacional”, que lo llevaba el general José del Carmen Marín. Él era un intelectual, en ese punto, sí era educativo porque trataba temas geopolíticos. Como verás había un panorama muy amplio de cursos, ¿no? Cursos áridos podían ser topografía, pero no desagradables porque los necesitas.


¿Ud cree que a uno le enseña a ser arquitecto o se nace con eso?

Uno aprende a hacer arquitectura. Indudablemente que hay gente que nace con mucho talento. Pero para cualquier trabajo de arquitectura, como dijo alguien, se requiere “95 % de trabajo y 5% de inspiración”. A medida que uno va haciendo una serie de proyectos uno va aprendiendo, porque el papel o la maqueta representan lo que uno tiene en la cabeza. Pero la realidad cuando lo vez construido es a veces diferente a lo que te has imaginado. La proporción de un espacio, etc. Con el tiempo vas aprendiendo, por ejemplo un espacio que tenga nueve de ancho por nueve de largo por 12 de alto, ya te imaginas como va a ser. Te imaginas cómo va a ser y si tiene un frente abierto, los dos frentes abiertos, si todo está cerrado, si está semioscuro, es porque ya has hecho algunas cosas de ese tipo, entonces la práctica ayuda.

¿Quién ha sido el arquitecto que ha influenciado más en su arquitectura, o en su carrera?

Es difícil decir todo eso porque uno recibe influencias, sin querer, de muchos arquitectos, no solamente internacionales sino también nacionales. En la época en la que yo estudiaba se reverenciaba mucho a todo lo que hacía Wright, y a todo lo que hacía Le Corbusier. Mi promoción tenía especial predilección por lo que hacían dos arquitectos, uno era Alvar Aalto, quien era un arquitecto un poco más joven que otros maestros de la arquitectura, además ésta gente vivía mientras nosotros estudiábamos; y en Perú, Teodoro Cron, estos son arquitectos que admirábamos, no te puedo decir que han o no influenciado en mi actividad, probablemente al principio sí y después no.

En el libro de Lucho Solari, él lo llama arquitecto urbanista, ha desarrollado vivienda masiva: ¿usted se definiría como tal?

Bueno, soy arquitecto y urbanista, pero diseño urbano no quiere decir solamente vivienda masiva, he hecho diseño urbano de diferente índole. Por ejemplo, el plano de zonificación para Barranco o remodelación de vías. Significa una serie de cosas el diseño urbano, cementerio Campo Fe por ejemplo. Lo que pasa es que aquí en el Perú no existe, por lo menos los que hemos estudiado y enseñado urbanismo, no existe especialización, en otros países por ejemplo hay arquitectos que hacen hospitales, que hacen vivienda masiva, aeropuertos, nosotros hacemos todo tipo de encargo. Somos todistas.
Muchas veces se dan la coincidencias, por lo menos en mi caso, de hacer muchos edificios de salud o vivienda, entonces tengo fama de ser especialista en hospitales o vivienda masiva, pero no es así, es pura coincidencia.

Usted estudió un postgrado…

Sí de hospitalización. Pero eso no necesariamente me lleva a una especialización porque no existe una cantidad de proyectos como para decir que existe una especialización en determinada cosa, ¿no? Como el Teatro Municipal, ¿cuántas veces vas a hacer un teatro?, una vez en tu vida, probablemente aquí en el Perú, o ¿cuántas veces vas a hacer un aeropuerto?. Nosotros hicimos un proyecto para el Aeropuerto de Chincheros, que no se ha construido nunca, ¿cuántas veces vas a hacer un aeropuerto?, una vez en tu vida, no creo que haya un proyecto de esa magnitud, entonces por eso hacemos de todo, tanto proyectos de arquitectura como proyectos urbanos, ¿no?




AL PROYECTAR…


Al proyectar, ¿cómo enfoca el proyecto?

Esa es una pregunta que creo que todo el mundo pregunta, pregunta clásica de todos los estudiantes y la respuesta es la misma de siempre, ¿no? Hay una serie de elementos que uno analiza sobre el proyecto, sin agarrar ningún lápiz, que son los análisis del programa, las condicionantes tecnológicas que tiene ese programa, las cuestiones de asolamiento, de orientación, vientos, colores, vistas, etc. Las cosas inherentes al terreno, la topografía, cómo está ubicado, por dónde entran o no entran las personas y los vehículos, etc., es decir son una serie de factores que uno se plantea en un nivel. Después hay una serie de factores que tienen que combinar con todo esto, una serie de factores un poco intuitivos, cuando uno está pensando en esto, uno a la vez está pensando formalmente en cómo debe ser esta edificación, sin tener ninguna idea preconcebida, sino que simplemente tu mente va formando formas, va pensando en formas, esto va a ser así, esto va a ser asá, cuando lo dibujas en el papel probablemente vas a hacer otra cosa, pero se te va formando una imagen de lo que debería ser un edificio y se te va formando una idea de lo que tú debes priorizar. En un hospital debes priorizar la función y el edificio va a estar muy pegado formalmente a la función, en otro tipo de edificios donde la función no es tan dominante probablemente los aspectos importantes del edificio pueden estar en acusar las circulaciones, la imagen corporativa, etc. Dependiendo del tipo de edificación que se tenga, entonces en un determinado momento, se hace una fusión mental de todas estas cosas, una simbiosis, y sale la idea, y las empiezas a plasmar en un papel y poco a poco las vas ajustando. Hay proyectos que están muy cercanos a lo que tu haz concebido desde el principio y hay otros proyectos que no están tan cercanos a lo que tu haz pensado, porque tu has hecho una serie de hipótesis y al momento de desarrollarlas han surgido otros problemas y han tenido que variar las hipótesis. Ese tipo de cosas suelen ocurrir, aparte de todo esto está metido el cliente, el cliente exige, inclusive, cuestiones estilísticas, que sea alto o bajo, en algunos casos hay una empatía con el cliente y tú vas más o menos a caballo con el cliente, pero en otros casos es una pelea constante con él, porque tratas de hacerle ver que algunas cosas no convienen por A, B o C, y a veces se forman conflictos bastantes feos, entonces hay de todo. Yo creo que cuando se forma una cosa que para ti es desagradable hacerlo, ya tienes que dejar ese proyecto, tienes que decir sabes qué búscate otro arquitecto porque no sintonizas con esa persona. Es como por ejemplo, quien le pide una casa a Emilio Soyer sabe cómo es su arquitectura. Emilio Soyer mayormente se ha dedicado a hacer casas; sobre eso se da el lujo de cobrar un honorario que es fuera de lo que puede cobrar cualquier arquitecto por hacer una casa, es en buena cuenta una arquitectura de marca registrada y el cliente sabe a lo que va.

¿El peor cliente? ¿el mejor?

Un montón, los clientes de casas son los mas difíciles, pero los clientes impersonales no. Caso de las instituciones. Generalmente, porque son concursos que se han ganado y tú puedes proponer tu propia arquitectura ¿no? dentro de lo que quiere el cliente. Porque el cliente mayormente quiere que su edificio sea bueno, que funcione, de buena calidad y tiene un control más bien sobre la calidad, no tanto sobre la arquitectura en sí, ¿no? Sí hay muchos clientes con los que me he llevado muy bien.

¿Cuál es el proyecto con el cual se ha identificado más?

A mí me gusta mucho “Los Próceres” porque creo que es uno de mis primeros proyectos. Yo tenía 33 años y me encargaron ese proyecto en el que tenía a mi cargo más de 35 personas. Fue un proyecto integral y yo lo organicé como a mí me parecía que debía organizar un proyecto urbanístico y arquitectónico. Sería un poco largo contarles cómo funcionaba el Ministerio de Vivienda, pero los proyectos se hacían de otra forma. Sin embargo, a través del tiempo las cosas van cambiando, y nosotros sabíamos que iban a cambiar, probablemente no tanto, ¿no? Y esa es una de las razones para pintar todo de blanco, si nosotros hacíamos composiciones de colores, como se hicieron en proyectos anteriores, después venía otro propietario y pintaba esa casa de color, después iba a ser todo un zafarrancho, no todos van a pintar su casa entonces ya hay cierta uniformidad. En todos los proyectos donde son viviendas unifamiliares es donde las casas más sufren alteraciones. Éste era un proyecto donde nos obligaban a hacer viviendas unifamiliares o sea los multifamiliares eran los menos, un porcentaje de 10% eran las viviendas multifamiliares. Tú no puedes combatir con la idiosincrasia de la gente que quiere distinguir su casa, que tiene ciertos elementos recurrentes de arquitectura de otras partes, si tú vas ahora vas a ver casas de hasta tres pisos o cuatro a veces, cosa que no puede haber porque el suelo no es bueno para cuatro solo hasta dos, después otras ventanas son curvas, en fin. Lo que me gusta es que los espacios urbanos no han cambiado mucho, de la concepción que nosotros tuvimos, es decir hacer el contraste entre la calle y la alameda peatonal, la alameda comercial, tiene sus mismas características. Ahora tiene una serie de problemas en este tipo de conjuntos no, porque una vez que se entrega la obra, que la hace el Ministerio de Vivienda, esa obra la entregan y mientras se alistan los propietarios hay un plazo en que la obra no pertenece a nadie, entonces los jardines no son cuidados. Entonces por ejemplo, el principio que cada alameda tenía un árbol diferente para poder ayudar como identificación, árboles diferentes por las flores, por el follaje, entonces en ese plazo se empiezan a morir muchas de las especies y nadie cuida eso y esa parte por razones que desconozco, asi los principios rectores del diseño desaparecen. Además organizativamente, estos conjuntos quedan fuera del rango de las municipalidades es decir no pagan arbitrios, no pagan nada de eso, entonces no se riegan y comienzan a cercarlos, ¿entonces la gente qué hace?, a su manera cuidan la parte exterior de su casa. Entonces se necesitan leyes, reglamentos para que esto no ocurra. Ahora para mí fue un proyecto muy interesante y muy complejo porque era el primer proyecto que yo tenía así de grande.

He pasado cerca, ¿cuál fue su idea general?

Cuando tú haces un conjunto de esta magnitud hay una serie de hitos que tienes que marcar para poderte identificar, una cosa eran los árboles que te digo, pero ese conjunto también tenían dos torres de quince pisos que nunca se han construido, que servían como elemento indicador para poderte identificar, ¿no? Y habían una serie de cosas, como la diferenciación por color, porque los edificios que están al medio eran todos en ladrillo visto después lo han pintado, entonces también hay un contraste de color, hemos usado una serie de elementos para que no ocurra la falta de claridad en la orientación. Lamentablemente por no haber sembrado algunas plantas, no haber construido las torres y haber cambiado los edificios, hace a veces a quien no conoce que una alameda le parezca igual a la otra, no? Eso es lo que hay que evitar.

¿El peor edificio?

No, todos me parecen un buen edificio. SuperConcreto, PeruInvest, ahí había un pedido exclusivo del cliente que tenía que ser curtain wall, edificios de viviendas como Buenavista, hasta el último Canabria que está aquí muy bien realizado. No te podría decir que me agrade menos alguno, o que alguno que no me ha satisfecho plenamente, debe haber alguno.
Hay proyectos que son muy difíciles de solucionar, porque te piden una torre con distintos flats y duplex, de diferentes áreas y tamaños, por lo que es muy difícil componer la parte estética coherente con una diversidad de vanos de las diferentes funciones. En edificios así tienes que usar ciertos trucos, como en el edificio Belice, se le ha dado continuidad a la fachada pero, interiormente es muy complejo.


HOY EN DIA


¿Hay menos trabajo para los arquitectos hoy en día?

Hay un montón de trabajo. Por ejemplo, en los pueblos jóvenes hay un montón de trabajo. Probablemente la gente no tenga para pagar mucho ¿no? Pero como es a gran escala, se podría compensar, hay muchos arquitectos que hacen estas labores en pueblos jóvenes como el Arq. Tokeshi, él se dedica a trabajar con una comunidad. O las cosas que hace Jorge Burga. Hay muchos arquitectos que hacen ONGs, y a través de estas ONGs dan una idea, tú puedes entrar en contacto con problemas existentes y propones actividades a entidades extranjeras que te financian proyectos y tú ganas lo que ganas por tu trabajo, es un servicio, en este caso no hay lucro, simplemente se está pagando tu trabajo.
Por otro lado, ya no existen los concursos de arquitectura, que era un gran filón para que los arquitectos jóvenes con talento pudieran ingresar a la profesión, quien destacaba ganaba, y eso es lo que debe cambiar el Colegio de Arquitectos. Actualmente, en los concursos de méritos, el mismo reglamento que vale para comprar lo que sea, vale para concursos para un montón de cosas, pero son expedientes técnicos completos. Entonces están todas las especialidades involucradas, es muy difícil que un arquitecto joven acceda a esto, por la experiencia que se le pide debe tener, pero hay trabajo. Otro filón o aspecto importante son las relaciones, me refiero a relaciones de amistad con gentes de otras esferas de actividades ecónomicas, existen también los proyectos de Mi Vivienda, que han dado un montón de trabajo a constructores y arquitectos, lamentablemente ahí los arquitectos estamos en manos de un constructor. Los proyectos, por lo que tengo entendido, los realizan muchos arquitectos jóvenes y a veces ni siquiera son arquitectos, lo que pasa es que uno ya no puede estar sentado en su oficina esperando a que lleguen proyectos, como era antes, uno tiene que moverse y tratar de promocionarse.

Lima no es la misma de hace 50 años, ¿el arquitecto es el mismo?

Al menos lo que yo veo en la arquitectura de ahora creo que, en relación con la arquitectura de los 60s no ha variado mucho, la razón es que no hay producción de nuevos materiales, no puedes hacer arquitectura como las de FOA, quién te va a proveer de esos productos? seguimos construyendo con lo mismo, concreto, ladrillo. Si quieres hacer un coliseo o un estadio nosotros no tenemos materiales como los que se usan para hacer estadios del mundial, como es el estadio de la Alianza que se ha hecho en Munich, la única forma que se puede hacer eso es que sea un edificio tan caro, tan privado, que tenga un presupuesto altísimo y todo eso se pueda importar. Toda ese tipo de tecnología no existe aquí. En otros países el arquitecto dispone de todo tipo de materiales inclusive propones y se los inventan, los productores lo fabrican para que se pueda hacer.

La arquitectura como producto final es el resultado que se requiere de acuerdo a la economía de un país, mira la arquitectura de Chile o Colombia, tienen un nivel superior pero también el uso de una serie de materiales que aquí no existen, mientras eso no cambie, seguiremos igual.

Esa es la diferencia con otras artes...

Además el ser humano tiene que poder habitar la arquitectura?, aquí estamos limitados por lo anteriormente dicho. Los otros países latinoamericanos también, pero algunos menos, muchos de los materiales de construcción que se están importando aquí, están siendo importados desde Chile, materiales de acabados, de exteriores, por ejemplo esas planchas de aluminio son de Chile.
¿Cuál cree que es una de las cualidades que define a un buen arquitecto?

Diseñador, por supuesto, en primer lugar que sus edificios deben ser habitables. En segundo lugar la seriedad en la ejecución de su proyecto.

Acerca de los edificios de Mi Vivienda, ¿cómo hacen para tener la calidad de vida en esas dimensiones?

Se hace un reglamento en el que se permite áreas mínimas, o sea tú puedes meter ahí los muebles.

Pero hay área ¿para qué? ¿para los muebles o para la gente? ¿dónde esta la calidad de vida? Uno puede entrar en un metro cuadrado pero…

Si el arquitecto tiene talento lo puede resolver bien, por ejemplo de todos los edificios que hay en Mi Vivienda, hay algunos que no aportan nada ni como volumetría, ni siquiera tienen espacios para que puedan jugar los niños, solamente tienen un lugar para estacionar, ¿no? O estos últimos que se han hecho en Surquillo que tienen un paredón de 300 metros a ambos lados, ahí te matan y te asaltan, porque no pusieron una reja, si además se hubiera integrado el paisaje. Hay cosas que no están en ningún reglamento pero cualquier buen arquitecto tendría la sensibilidad para resolverlo, porque estos conjuntos no pueden tener un área verde, un área libre para uso de los habitantes. Y en cuanto al interior de las viviendas habría que ser imaginativo con lo que te pide el constructor, porque cuanta más chica es la unidad mejor es para ellos; pero dentro de esto se pondría pensar en espacios de funciones múltiples. Por ejemplo, que la mesa del comedor se levante y que se convierta en un cuarto de costura, pero que los espacios sean cómodos, o que la camas se puedan doblar y que se convierta en un estudio, cosas de ese tipo, son condicionantes, ese es el reto : con eso hago la arquitectura, es un problema de imaginación no de propuesta, yo creo que es posible, sino dirías, no puedo hacer esto, que me cambien el reglamento.

Cambiando un poco el tema...como arquitecto, ¿qué proyección le daría a Asia?

Tú sabes que todas las cosas son cíclicas. En los años 30 estaba de moda La Punta, después fue Chorrrillos, luego Ancón y ahora las playas del sur. Luego habrá que irse al norte o más al sur, y además fíjate que viene el gas de Camisea. Hay una serie de chocitas, nadie vive, están en el límite de Chincha e Ica. Entonces alguien está especulando con eso, entonces ahí va a haber todo un desarrollo, como demuestra la historia todo es un cíclico. La gente que vivía en Lima se mudó a Miraflores y San Isidro y luego a otro lado. Si ahora dices cuál es el centro de Lima se diría San Isidro, el centro San Isidro, porque han comenzado a haber tiendas en la zona de Saga, antes no había más que Saga. El centro de la ciudad se ha movido, basta eso para darse cuenta. Futurólogo no soy, pero sé que todo tiene su periodo de vida.


... FAUA...


Hay quienes salen de la universidad, y piensan que todo va a ser más libre, ¿es esto algo que nosotros mismos debemos darnos cuenta o la facultad también debería intervenir?

Creo que la facultad también debería enseñar estas cosas, todos esos proyectos muy libres, por ejemplo una escuela de música, una cosa muy libre, pero ese proyecto nunca va a llegar o ser muy difícil. Pongámonos a pensar qué edificio que no sea de vivienda hecha en Lima es diferente. Yo recuerdo el colegio Champagnat, un buenísimo proyecto muy bien resuelto pero dentro de esa libertad hay una relación de costos, qué quiere el propietario, si yo le pongo vidrio por todas partes cuesta mucho más que ponerle muro, entonces hay una relación con los materiales que nos obliga a una realidad y esa realidad es el dinero que tiene el cliente. Yo creo que se necesita enseñar estas cosas en la facultad: cursos de marketing, este tipo de cursos que tiene que ver con un presupuesto y saber que ciertas cosas cuestan mucho más que otras, demostrando qué cosas se pueden hacer, qué es más económico según el diseño.

¿Por qué cree que no se implementan estos cursos?

Quizás porque serían más cursos, más horas y tendría que modificarse la currícula, ya se habló cuando yo era decano que había que hacer esos cursos de mercadotecnia, pero también hay una serie de factores que tiene que ver con la ética, que tiene que ver con una serie de cosas que uno no sabe, ¿no? Por ejemplo, la vez pasada veía un proyecto y el joven proyectista no sabia que podía usar retiro en sótano y no cuenta para el área computable, hay cosas que tiene que ver con el reglamento, otras en el colegio de arquitectos, problemas con la ética, una serie de cosas que nunca te enseñan, muy sencillas pero que sí se pueden enseñar.


Respecto a la currícula, ¿qué cambios cree que deberían haber?

Cuando yo era decano, una comisión cambió la curricula y todavía no ha cambiado. Normalmente cada cinco años se debe revisar el plan de estudios, desde el 92 han pasado 14 años.

¿Cuáles son las trabas para esas modificaciones?

Yo creo que hay mezquindad por cosas sin sentido, quieren ser autoridad de una institución creen que eso significa tener un poder, pero no es ningún poder ni significa nada. Quizás piensan que tienen una figuración al ser autoridades. Por esa preocupación mezquina y tonta se ha descuidado anteriormente la parte académica.
Entonces, la meta de los profesores y autoridades es la excelencia académica.
Lo otro es conseguir fondos para la Facultad, yo conseguí aportes para la facultad con lo que se editaron boletines, memorias, investigaciones. Es cuestión de tener un poco de imaginación pero si se tienen ganas de hacer y no te dejan hacer nada estás amarrado de manos, es curioso porque se hace imposible. Una vez que sales elegido autoridad no va lo que es la amistad, primero es la institución, no puedes dejar que una persona que está por 40 horas trabaje solo tres, lo llamas y lo aclaras, porque el mérito no es de uno, es de toda la facultad porque la meta es mejorar la calidad educativa.
¿Qué están buscando? Las discrepancias son por manejos económicos, para usufructuar 2000 soles y por argollas no se pueden hacer las cosas, primero está la institución, tienes que tener tus ideas bien claras y no deben haber problemas.
Revisar y adecuar el plan de estudios es algo ineludible.

¿Y los alumnos cómo podemos participar en este cambio?

Es un poco más difícil porque sino hay buenas intenciones desde arriba, entonces no hay liderazgo y se pierde el proyecto facultativo. Los alumnos a través del Cea y el tercio estudiantil deben, si las cosas no se manejan bien, deben presionar en las instancias correspondientes, y en el Consejo pueden fastidiar y fastidiar hasta conseguir votos para hacer las reformas que lleven a la calidad de excelencia educativa.

¿Cómo es que siguen habiendo buenos profesores en la facultad?

Hay dos tipos de profesores, hay profesores de vocación, que les gusta; pero hay otros que lo hacen como una carrera, no cumplen práctica profesional fuera. Lamentablemente se han ido buenos profesores por los problemas que ha habido, se han formado nuevas facultades que se han jalado a buenos profesores, no entiendo cómo la Facultad no puede hacer un esfuerzo para retener a gente de talento como a Manuel Florez, o Benito Juárez, si no se les da el sitio. Se les da el sitio a otros profesores que quizá entren por la puerta falsa. Hay algunos que han regresado y otros no, muchos tienen que atender su oficina pero no ha habido esfuerzo para retener a esos profesores.

Y por último...

¿Cuál es su lema?

No tengo lema

¿Hobby?

He hecho todo tipo de deportes y ahora sólo hago largas caminatas. Me gustan los toros, me encanta ir el cine, a conciertos de música clásica, ir a peñas criollas y en general me gusta escuchar música folklórica internacional. Yo detesto las multitudes, las aglomeraciones no me gustan, hay cosas que ya no me gusta hacer, así que a los conciertos masivos no voy así sean de Sabina.

¿A quien admira?

Admiro a las personas honestas, fieles a sus principios y a sus ideales, que se esfuerzan por mejorar, desde su lugar cada quien, las mejores condiciones de vida y convivencia humana.

¿Cuál es su mensaje a los estudiantes de arquitectura?

Que no se desanimen que sigan para adelante, que busquen la chamba, no sé si ustedes saben que F. Lloyd Wright se metía a ser obrero. De todas las cosas que hacen en la vida se puede aprender, de las buenas y malas profesionalmente y personalmente. Es importante que cado uno invierta en su formación como persona, sea como educación, post egresado o aprendiendo en un trabajo de sus mayores.

Marzo 2006


Entrevista: Paola Escobar

Equipo: Jofra Montero/Roxana Peralta/Douglas Zevallos

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